El Tiempo
“Desde
hace un año es una lucha conseguir las medicinas para la hipertensión
de mi mamá, pero ahora estamos peor y no hemos podido seguirle el
tratamiento. La hemos tenido que llevar al hospital dos o tres veces al
mes porque le han dado varias crisis. Salgo a buscar la medicina cada
vez que puedo, pero lo que me queda es darle té de perejil.”
Crédito: Google
Ni
único ni aislado, el testimonio de María Gutiérrez se reproduce
pavorosamente entre los venezolanos, quienes desde hace al menos un año
suman a su rutina de salir a buscar alimentos básicos –escasos en más
del 30 por ciento– otra tanto o más delicada: tratar de conseguir
medicamentos. (La rutina de los venezolanos para comprar con huella digital en supermercados estatales)
Los
pacientes con hipertensión, hiper o hipotiroidismo, cáncer, diabetes,
convulsiones, lupus y sida, por ser enfermedades de tratamiento
prolongado –o para toda la vida– fueron los primeros en Venezuela en
sentir la escasez de medicinas, otra consecuencia de la drástica
disminución de la asignación de divisas del gobierno venezolano para su
importación o la de los componentes activos para su fabricación, según
lo han apuntado las cámaras farmacéuticas y químicas del país.
“Yo
misma tengo un tratamiento para la tiroides y no consigo Euthyrox o
Glucofage –prosigue la señora Gutiérrez–. Igual me voy a trabajar con mi
dolor de cabeza o con mareos, aunque a veces me pega muy duro la fatiga
y no puedo. Mi vecina es la que más nos ayuda a buscar.”
Pero
durante este año la escasez que afecta a pacientes muy específicos hoy
toca a casi toda la población, pues se extendió hasta los medicamentos
más elementales.
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