Hoy es el Día Mundial del Corazón. Y el lema para este año 2014: "con menos sal, se salvan vidas" impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca concientizar a los países y a las personas a tomar medidas para disminuir el consumo de sodio, un factor de riesgo implicado en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y así lograr salvar vidas.
La sal, principal saborizante de nuestra comida diaria, puede estar en la forma de cloruro de sodio o de glutamato de sodio, tanto en condimentos y productos procesados que ingerimos hechos en casa, como los consumidos en establecimientos comerciales.
En la mayor parte del mundo, el 80% del consumo salino proviene de alimentos elaborados e industrializados como el pan, quesos, salsas en frascos, comida enlatada de larga duración, etc.
El exceso diario de sal puede provocar hipertensión arterial y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
En promedio una persona suele ingerir 10 gramos de sal al día, sin embargo, la recomendación de la OMS está en los 5 gramos o menos, lo ideal es reducir la medida en una cucharadita al día.
"Si se logra el objetivo de reducir el consumo de sal en el mundo en un 30% para el 2025, podemos evitar que millones de personas mueran de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y trastornos relacionados" dijo Oleg Chestnov, médico subdirector general de la OMS.
Para Chestnov, "la disminución del consumo de sal es uno de los medios más eficaces para que los países mejoren la salud de la población". Y le hace un llamado a la industria de alimentos a colaborar con la OMS para que reduzcan progresivamente la concentración de sodio en sus productos.
Las enfermedades cardíacas y los ACV, agrupadas entre las enfermedades no transmisibles, son las principales causas de muerte prematura en el siglo XXI.
La sal, principal saborizante de nuestra comida diaria, puede estar en la forma de cloruro de sodio o de glutamato de sodio, tanto en condimentos y productos procesados que ingerimos hechos en casa, como los consumidos en establecimientos comerciales.
En la mayor parte del mundo, el 80% del consumo salino proviene de alimentos elaborados e industrializados como el pan, quesos, salsas en frascos, comida enlatada de larga duración, etc.
El exceso diario de sal puede provocar hipertensión arterial y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
En promedio una persona suele ingerir 10 gramos de sal al día, sin embargo, la recomendación de la OMS está en los 5 gramos o menos, lo ideal es reducir la medida en una cucharadita al día.
"Si se logra el objetivo de reducir el consumo de sal en el mundo en un 30% para el 2025, podemos evitar que millones de personas mueran de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y trastornos relacionados" dijo Oleg Chestnov, médico subdirector general de la OMS.
Para Chestnov, "la disminución del consumo de sal es uno de los medios más eficaces para que los países mejoren la salud de la población". Y le hace un llamado a la industria de alimentos a colaborar con la OMS para que reduzcan progresivamente la concentración de sodio en sus productos.
Las enfermedades cardíacas y los ACV, agrupadas entre las enfermedades no transmisibles, son las principales causas de muerte prematura en el siglo XXI.
Con información de: Organización Mundial de la Salud
Imagen: De Google
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