En el día a día son muchos los compromisos que debemos
cumplir. Pensamos que no podremos hacerlos todos o terminarlos en su momento.
Esa preocupación, al
creer que el tiempo no alcanza o a veces el posponer una tarea para después,
que se puede acumular en un lote de papeles en el escritorio, uno de tantos
ejemplos.
Nos puede hace sentir culpable y sino la controlamos de
manera consciente puede llegar a ser una fuente de estrés con efecto negativo
para nuestro bienestar general.
Al poner en práctica estas claves puedes mantener y aumentar
tu calidad de vida.
· Come de forma
balanceada y regular.
· Haz ejercicios o
actividad física de manera cotidiana.
· Duerme bien y medita.
Usa la oración y conéctate con Dios.
· Resuelve los pequeños
problemas. De este modo tendrás una sensación de control.
· Prepárate lo mejor que
puedas para aquellos sucesos que sabes pueden generarte estrés.
· Trata de ver los
cambios como un reto positivo, no como una amenaza.
· Fíjate metas
realistas, tanto en casa como en el trabajo.
· Evita el exceso de
planes.
· Intenta de resolver
los conflictos con las demás personas.
· Habla con un amigo de
tu confianza, con un familiar o un especialista en el área si crees que lo
necesitas.
· Participa en
actividades que no te produzcan estrés, como deportes, eventos sociales,
voluntariado y aficiones.
· No te preocupes por
las cosas que no puedes controlar.
Fte: Family Doctor (American Academy of Physicians) contribuyeron
con el artículo.
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